Este post lo escribo con un nudo en la garganta, no en los dedos. En los últimos 4 o 5 años, siempre me pasa esto cuando hablo de mi papá, pues durante toda mi vida, hasta los 17 años, más o menos, la figura de mi papá fue la predominante en mi vida. Era el mejor papá del mundo, me consentía muchísimo y siempre... mmm... Esto no va bien. Quiero contar las cosas buenas de mi papá sin el disgusto que tengo respecto a nuestra relación actual pues, como todo, las cosas en la vida cambian y nadie, ni siquiera mi papi (el mejor papi del mundo que pueda tener una Câline) se salva... (yo menos) pero tampoco es "el ogro-monstruo de las 13 cabezas", así que contaré las cosas hermosas que recuerdo haber vivido con él.
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Cuando yo era chiquita y el mundo era simple, alguna mañana del fin de semana, mi papá me mandaba a buscar alguna jarrita de mi cocinita y en la cocina (la de verdad) la llenaba de azúcar hasta el tope y, tomados de la mano, nos íbamos por la urbanización a dejarle una ración a cuanto hormiguero encontrábamos en el camino. Recuerdo que en cada hormiguero que encontrábamos yo le daba un discurso a las hormigas, mientras echaba el azúcar al lado del hormiguero (para ahorrarles trabajo). Después me quedaba un buen rato viendo el revuelo cuando alguna descubría la montaña de azúcar que había junto a su casa. Ya luego, seguíamos nuestro camino hasta que encontrábamos otro hormiguero... De regreso, cortábamos unas flores moradas que crecían en una especie de ramitas secas y formaban como un copito en la punta, para llevárselas a mi mamá.
Cuando yo era chiquita, mi papá siempre acudía a mi cama cuando yo tenía una pesadilla. Recuerdo muy bien que se sentaba a mi lado y me tranquilizaba hasta que se me quitaba todo el miedo. Me decía que yo tenía que ser fuerte y que nunca debía temer, porque Dios y Dandy me protegían.
Cuando yo era chiquita, me obsesionaba la historia del día en que yo nací y mi papá me la contaba una y otra vez. Hasta que un día me la grabó en un cassette y así yo la podía escuchar siempre que quisiera. Aún tengo guardado ese cassette: es un tesoro para mí.
Cuando yo era chiquita, siempre iba de la mano de mi papá y en algunas ocasiones, distraída yo... agarraba la mano de algún hombre que no era mi papi. Y con el simple contacto de esa mano, piel y temperatura extrañas, soltaba de inmediato la mano del sorprendido y sentía un vacío dentro de mí, hasta que veía la mano con el lunar chiquitico, la de mi papá, y me aferraba a ella, mientras miraba apenada al dueño de la mano que no era.
Cuando yo era chiquita... hace tantos años ya, mi papá era el mejor papá del mundo... Luego el mundo se complicó. Yo crecí... llegué a ser de su tamaño y las cosas desde esa perspectiva cambiaron, finalmente él volvió a su amado Brasil y cambió, yo también cambié... El 21 de junio del 2004, recibí un e-mail diciendo que mi papi estaba grave en el hospital. Cruzando una calle se asustó con un autobús que venía y se cayó al piso, dando con su cabeza en la acera.
Dos días después estaba yo en el aeropuerto despidiéndome de mi hermano y mi F. que no podían viajar conmigo. Ese ha sido el viaje más largo de mi vida... en el avión iba pensando en las palabras que diría cuando enterrásemos ¿o cremáramos? a mi papá. En el trasbordo lloré encerrada en el baño, una amiga de papá me había dicho que él ya estaba completamente "descerebrado" (la palabra más horrible que existe)... Cuando al fin llegué, me dijeron que seguía en la Unidad de Terapia Intensiva y que no había reaccionado a la segunda operación para removerle los coágulos en su cerebro... aquel cerebro de donde salieron tantas historias para mí.
Los amigos de mi papá (todos maravillosos, incluso la alarmista) me llevaron de inmediato y de suerte que logré entrar. La doctora dijo que estaba muy grave, con cara de que no iba a sobrevivir. Yo me acerqué a la cama y, como si fuese un cuento o una de esas novelas baratas, en el momento en que tomé su mano... horrorizada de ver las costuras en su cabeza mal afeitada y deforme por la hinchazón, con mi corazón a punto de estallar, le dije en un hilo de voz:
-Aquí estoy papi, soy yo, Câline, ya llegué...
Su mano, que estaba verde y helada, me apretó y en ese momento me di cuenta del amor tan grande que él ha sentido toda su vida por mí.
Dos meses después lo traje de regreso a casa: ¡VIVO! Justo el día del cumple de mi F. Mi papi logró recuperarse en un 90%. El pasado noviembre, él quiso volver a su Brasil amado... Hemos hecho de todo para tenerlo cerca... pero yo ya no soy chiquita y el mundo ya no es simple. Las personas no cambian a lo que eran y hay que asumirlo.
Cada día pienso en mi papi, a veces con rabia, otras con ternura... sentimientos encontrados... Todavía guardo el temor de que encontraré un e-mail diciéndome algo terrible sobre papá, pero la vida es buena y sobre todo con él. Así que, desde aquí, le mando mi amor volando en las alas de las hormiguitas que en mis días de infancia fuimos a alimentar:
Te quiero papi ¡y que cumplas muchos más!
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Hay mucho para añadirle a esto... pero por hoy, es suficiente. Ya será difícil cuando lo llame para cantarle "cumpleaños" en la mañana.
13 comentarios:
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Todo lo mejor para Usted.
PS: Me dejó "Tarea para la casa"
Felicidades para tu padre y un abrazo para ti.
Saludos.
Hermoso tributo para un padre..lleno de amor, sin resentimiento, dulce y perfumado....con olor a margaritas!!
Ay Câline, disculpame por no haber pasado antes, es que estoy pasando un momento dificil y justamente es con mi papá. Nunca pensé que me iba a encontrar con el mismo tema en tu blog, pero la verdad es que te leo y me dan unas ganas de poder decir cosas así de mi viejo...
Yo se que las hubo, pero en este momento estan pesando todas las otras...
Lo único que me repito y me repito, es que uno no tiene los padres que quiere, solo tiene los padres que tiene... al menos eso siento ahora
Un abrazo grande.
Hola
Pienso que un error en el que incurrimos es idealizar a nuestros familiares y verlos “planos”, les truncamos su derecho a ser humanos con errores, dudas, pasiones y deseos, igual que todos (lo digo por mí).
Creo que el chock y la posterior aceptación, que produce contrastar que nuestros padres o hermanos son tan o más humanos que nosotros, hace que seamos sinceros y abiertos en nuestras demás relaciones. Sin duda ahora, te queda asumir la salud y la vejez de los tuyos, ello también arrecia el alma.
Porqué será?, que sin importar nuestros contextos, cuando hablamos sobre nuestras vidas y en especial sobre nuestra infancia, siempre es recurrente que se mezcle la melancolía, la alegría y el odio,
Un abrazo especial. Caline.
Posdata
Hoy escribí para ti.
Había una vez un mipapá que también estaba moribundo, un mipapá que también tenía la mano (y el cuerpo) verde. Pero este mipapá duró casi nada en el hospital, y se murió.
Silmariat: estaré pendiente de leerla.
Nenya y Cabina: muchas gracias.
Pagana: a todos nos pasa... tarde o temprano... ojalá a algunos nunca. En mi caso, siempre trato de recordar lo bueno, me atormento menos así.
Rafico: Sólo puedo decirte que en mi temprana infancia no sabía realmente lo que era el "ser humano" como tal... creía firmemente que no había en el mundo nadie como mi papá, mi mamá o mi hermano. Cuando crecí me di cuenta de todo y los he aceptado (a todos) tal cual son, aunque las cicatrices quedan, aunque estén curadas.
Empiezo a entender: lo siento mucho.
Saludos a todos :D
Câline: no quiero mejorar lo perfecto. Solo me queda decirte: ¡qué escrito tan pero tan hermoso!
Câline...es increible como puedes transmitir tus sentimientos a través de una fria pantalla...Nadie dijo que la vida era fácil, lo mejor de todo esto que aún tienes a tu papá para enojarte y luego reconciliarte...aún puedes decirle cuanto lo amas y lo importante que ha sido en tu vida...no esperes perderlo nuevamente para manifestar tu cariño.
TQM.......Rocío
Querida amiga Caline,
Aún me pregunto cuándo se volvieron nuestros padres tan frágiles.
Tu relato me ha llevado a pasear por tus añoranzas, recuerdos y temores, como si fueran mios.
Solo nos queda perdonarlos antes de que llegue el fin.
Saludos amiga, fuerza y gracias por compartir esto con nosotros.
Que linda historia........una lagrima esta a punto de estallar.. mis padres se divorciaron cuando tenia 5años asi que eres una mujer muy dichosa.. saludos Câline..besos
Yo, que tengo la suerte de haber compartido con Magno en más de una ocasión (especialmente si preparaba aquella espectacular farofa), me he emocionado al ver esa foto. La verdad es que la última vez que me escribiste contándome todo lo que había pasado he empezado a recordar todas esas cosas de golpe, como si fuesen capítulos de una historia escrita para "otro tomo".
En fin, he vuelto después de una prolongada e injustificada ausencia. Saludos.
Me he emocionado un montón leyendo tu post. La verdad es que es increible como eres capaz de transmitir tus emociones de este modo. La foto es de lo más tierno. Me alegro de que tu papá ya esté mejor.
Un abrazo muy fuerte
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