jueves, noviembre 19

Tratando

Todos los días, en cualquier momento en que mi mente se desocupa, escribo un post en mi cabeza. Pero ahí se queda. He hecho disertaciones acerca de la migración de las aves, del porqué las vacas canadienses son peludas, de lo difícil que a veces se me hace el "small talk" con los clientes y lo fácil que se me hace otras veces.
Escribí un post larguísimo acerca de lo mucho que amo y admiro a Thor (ya sé, interesantíííísimo), de lo dulce e inteligente que es, de lo mucho que me hace reír, de la compañía que nos da, de su apoyo incondicional, de su manera de perdonarnos sin una brizna de rencor y de ser feliz con una simple mirada de nosotros. De lo mucho que me cuida y vigila cuando estamos solos en el bosque y de su cara de felicidad absoluta cuando esta semana le devolví su cocodrilo limpiecito, después de una lavada que bastante falta le hacía. No hay palabras para describir el orgullo y la alegría de Thor paseando su juguete por toda la casa, como si fuera nuevecito.
Quise escribir un post acerca de mis regalos de cumpleaños, recibí entre otros la última novela de Dan Brown, que me leí en cuatro días... y de la rabia que me está dando últimamente conmigo misma de leer tan rápido que de la emoción me leo dos líneas a la vez, ya ni que esté escrito en inglés me detiene el paso. Es más empecé a releerme la serie Twilight el domingo y ya estoy terminándome el tercer libro :-S Estoy brava conmigo misma, no entiendo por qué tengo que leerme todo de un sopetón.
En fin, creo que en realidad estoy estresada y me está dando por obsesionarme con cosas que puedo controlar.
El F. y yo hablábamos ayer de cómo simplemente "no nos sale" comentar con nadie cuando algo "grande" nos va a suceder. Y nos aferramos a un mutismo general: sólo compartimos la ansiedad entre nosotros. Así como cuando nos veníamos a Canadá estuvimos de infarto, tensión y nervios hasta que ya, ya, ya era un hecho y le contamos a todo el mundo. Así estamos ahora con varias cosas "en proceso" y dejándolas en manos de Dios que si sí, sí, que si no, no.
Por eso es que estoy perdida del mundo... gracias a los dos jalones de oreja que recibí esta semana, al fin escribo, aunque en realidad no diga nada.

jueves, noviembre 5

Señales de humo

Aquí estoy. Gracias a Dios ya 100% recuperada. De verdad que esta influenza loca pega duro, pero ya se me pasó. Hasta ayer me duró la tos de perro, como la llama mi mamá.
Hoy me siento muy bien y esta semana pude volverme a incorporar a mis actividades de todos los días. Las clases de español en las noches y mi súper trabajo nuevo durante el día. No es nada del otro mundo y no estoy investigando la cura del cáncer, pero me gusta mucho. Estoy trabajando en una tiendita del minipueblito y disfruto un mundo conversando con la gente.
El comentario que más recibo es algo así como: "Seguro te debes estar muriendo de frío aquí en Canadá"
La pregunta que más me hacen es: "¿De qué parte de México eres?" (o sea)
...y bueno. Tengo que cerrar por ahora, el F. necesita la compu.
Saludos!