La marcha de los pingüinos

Justo ahora, muy al sur del planeta y más allá de donde crece la margarita más resistente, los pingüinos están marchando y reuniéndose para comenzar una nueva jornada de reproducción, pronto se estarán enfrentando al invierno antártico y, como sus padres y los padres de estos, llevarán a cabo la "lucha" por la supervivencia de su especie. Cada pareja de pingüinos que se forme tendrá la responsabilidad de cuidar al polluelo, producto de su entendimiento, al que se dedicarán por completo durante cinco meses... para que en diciembre la nueva generación esté lista y preparada para ir al mar. Primero la madre pondrá el huevo y en una especie de baile arriesgado lo pasará al padre, para que ella pueda hacer el viaje de vuelta al mar, alimentarse y traer más alimento de regreso para el polluelo, que ya habrá eclosionado. Luego, el padre hará el viaje kilómetrico para alimentarse él y traer más alimento. Así, con sólo pequeños intervalos de tiempo junto a ambos padres, el polluelo irá creciendo hasta la despedida final.

La travesía de este hecho cotidiano en la vida de un pingüino y totalmente ajena a la nuestra, se encuentra en el documental, ganador del Oscar, March of the penguins... y desde el quiosco de mi jardín donde escribo, les recomiendo que la vean y caminen (una vez al menos) con su imaginación al lado de los pingüinos emperadores de la Antártica.

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En este mundo donde los medios de comunicación están inundados con escenas de muerte, intolerancia, abuso, ignoracia y todas las miserias humanas... dénse la oportunidad de ver cómo otros seres que habitan "nuestro" mismo planeta, continúan con sus vidas. Quizá saben más que nosotros acerca de lo que realmente es importante en la vida y cómo debemos comportarnos entre nosotros...

Me disculpan la cantidad de fotos... pero tuve que escoger entre las mil imágenes que me quedaron en la mente, feliz Semana, Santa.