La recibí como regalo de aniversario el 30 de diciembre del 2004. Claro, no voy a negar que a F. no le quedó más remedio que regalarme a Zarina, porque ese día, cuando lo fui a buscar a su trabajo, me quedé esperándolo en una tienda de mascotas... y, sí, allí estaba ella. El tenerla en mi brazos y adorarla fue una sola cosa y así me encontró F., con una sonrisa de oreja a oreja y la gatita de dos meses en mi mano.
La vendedora, por supuesto se desvivió en halagos y maravillas sobre la gata, mintiéndonos al decirnos que era una "rusa azul" (de allí su nombre) y además estaba enferma de coccidia. Algunas idas y venidas a nuestro súper veterinario resolvieron su malestar y en la casa en una semana estuvo segura de que Luke no era un peligro y que tenía dos devotos esclavos dispuestos a cuidarla y amarla.
2 comentarios:
Las gatas son así, muuuuuuuucho más vivas que los ellos... Me parece que eso se da en toda la escala zoológica...
Mi gatita Winki (la única gata que tengo ahora), hace lo que quiere con los otros gatos, hace lo que quiere y ellos la conciente..
Ah! se me había olvidado comentarte, hace más o menos media hora, la gata de mi novio esta teniendo cria!! ya van dos gatitos :D
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