Al llegar al aeropuerto de Calgary y pasar por el debido papeleo, conocimos por fin a S. la jefa del F. que nos estaba esperando con sus brazos abiertos con una alegría y una sonrisa tan grande que nos hizo sentir que la conocíamos de toda la vida.
Rápido nos llevó a la super van de su socio y donde todo el equipaje, más el kennel de Thor entró perfectamente, hasta espacio quedó!! Nos llevaron a comer alguna cosa, que pedimos para llevar, porque el agotamiento se nos veía hasta en el pelo. Y eso que el pueblito está a 40 minutos más o menos del aeropuerto. En el camino, como nota especial, pasamos por una zona donde olía a zorrillo, sí, zorrillo como Pepe le Pew, y debo decir que no me pareció horrible en lo absoluto. Era un olor fuerte como a viejo y a queso derretido juntos. Claro, no me confío y espero que nunca me toque sentirlo de cerca y mucho menos que Thor se consiga a alguno.
Al llegar al pueblito, el F. y yo estiramos el cuello curiosos. S. nos llevó a conocer el hotelito y aprovechó para apertrecharnos con platos, vasos y cubiertos. Fue un poco cómico ver todas las caras mirándonos con curiosidad, es gracioso, porque estoy 100% segura de que somos los únicos latinos del pueblo y Thor el único mastín napolitano (es que ni la secretaria de la veterinaria sabía qué raza es!). Esa noche nos presentaron a un montón de personas que nos dieron la bienvenida con sonrisas.
De allí nos fuimos a la casa, por fin! Ya habíamos visto una foto de la fachada, pero entrar en el sitio fue otra historia: nos encantó!!! La casa es bien linda, de dos habitaciones, cocina/comedor/sala, cuarto de lavandería y un baño. Para nosotros es más que suficiente y tiene tres ventanales preciosos en la sala que dejan entrar la luz y nos encantan!
Esa noche, después de un baño revitalizante y medio comer algo, nos acostamos a dormir. Nos acostamos en nuestra cama-nube y los gatos se acurrucaron conmigo, Thor se fue por el lado del F., la primera noche en un sitio extraño, es mejor pasarla todos juntitos!
Rápido nos llevó a la super van de su socio y donde todo el equipaje, más el kennel de Thor entró perfectamente, hasta espacio quedó!! Nos llevaron a comer alguna cosa, que pedimos para llevar, porque el agotamiento se nos veía hasta en el pelo. Y eso que el pueblito está a 40 minutos más o menos del aeropuerto. En el camino, como nota especial, pasamos por una zona donde olía a zorrillo, sí, zorrillo como Pepe le Pew, y debo decir que no me pareció horrible en lo absoluto. Era un olor fuerte como a viejo y a queso derretido juntos. Claro, no me confío y espero que nunca me toque sentirlo de cerca y mucho menos que Thor se consiga a alguno.
Al llegar al pueblito, el F. y yo estiramos el cuello curiosos. S. nos llevó a conocer el hotelito y aprovechó para apertrecharnos con platos, vasos y cubiertos. Fue un poco cómico ver todas las caras mirándonos con curiosidad, es gracioso, porque estoy 100% segura de que somos los únicos latinos del pueblo y Thor el único mastín napolitano (es que ni la secretaria de la veterinaria sabía qué raza es!). Esa noche nos presentaron a un montón de personas que nos dieron la bienvenida con sonrisas.
De allí nos fuimos a la casa, por fin! Ya habíamos visto una foto de la fachada, pero entrar en el sitio fue otra historia: nos encantó!!! La casa es bien linda, de dos habitaciones, cocina/comedor/sala, cuarto de lavandería y un baño. Para nosotros es más que suficiente y tiene tres ventanales preciosos en la sala que dejan entrar la luz y nos encantan!
Esa noche, después de un baño revitalizante y medio comer algo, nos acostamos a dormir. Nos acostamos en nuestra cama-nube y los gatos se acurrucaron conmigo, Thor se fue por el lado del F., la primera noche en un sitio extraño, es mejor pasarla todos juntitos!
3 comentarios:
que relato más encantador!!! Un abrazo y deseo que todo vaya bien. Los cambios siempre son buenos. Abrazos
Que alegria amiga que les encanto su casita ya la e visto, cariños y beso a Fernando y dale mis felicitacions por su cumpleaño y a ambos por la nueva vida que conmienza mis mejores deseos Jamel
Que bonita la casa, Câline! Aguatero dice que ahí podés plantar margaritas, aunque estamos pensando que para Thor es un poco peligroso si se sale solo.
Los gatos van a estar felices (dece Aguatero, que ahí si van a tener lugares para afilarse las uñas :D)
Un abrazote y la mejor de las suerte para los cinco.
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