Thor, gracias a Dios, está mejorcito. No puede correr mucho ni alborotarse demasiado porque está flaquito y pasó varios días estropeado con su malestar. El viernes lo llevaré de nuevo al veterinario para confirmar que ya está perfecto... y entonces se podrá comer las chuches que le mandó el F. de sus viajes! Justo ahora está durmiendo, se ve tan lindo que me provoca acurrucarme junto a él.
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Este fin de semana fue extrañamente social para mí y lleno de descubrimientos.
El viernes estuve con mi hermano en su casa, almorcé con su familia y pasamos el rato conversando, riéndonos. Es lindo tenerlos, pues son la única familia cercana que me queda en este país y, sin el F., me he sentido más sola y perdida de lo que he querido aceptar.
El sábado me reuní con mis mejores amigas de la universidad (cuatro años sin vernos) y de verdad que estuve encantada. Recordar los profesores, los compañeros, nuestra universidad... tantas cosas que alguna vez fueron parte de nuestro día a día. Es increíble sentir cómo ha pasado el tiempo... y estar con ellas fue como abrir el baúl de los recuerdos. También fue interesante re-conocer a mis amigas y darme cuenta de que, a pesar del tiempo, la esencia de mis sentimientos hacia ellas no ha cambiado en mí.
Estas últimas semanas he aprendido mucho sobre mí y estoy empeñada en salir del agujero negro en que he estado metida y volver a ser yo.
El domingo estuve en el babyshower de la esposa de mi primo R. Fue una experiencia muy extraña, pero sin ser negativa, sólo extraña. La fiesta se dio en la casa de mi tía, donde recuerdo haber pasado cualquier cantidad tardes del sábado y muchas fiestas familiares... una casa que en mi mente recuerdo como propia. Mi tía ahora ya no vive allí y la ocupa una familia distinta. Llegar al eterno portón azul fue muy emocionante y me bajé del carro con la excitación de antes. Pero en eso, un señor desconocido me llamó la atención en la manera como me estacioné y me preguntó ¿quién eres tú? Ufff... quise gritar!! Más tarde se lo comenté a mi tía y para mi consuelo, ella me dijo que ha sentido algo parecido: estar en tu casa, en la misma casa... pero ya nada es igual.
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Ah, por cierto ¿qué tal el cambio de plantilla?