La culpa es del "Summer"...

El Sol salió y ahí se quedó montado, desde las 5 de la mañana, hasta las 10 de la noche, allí está el astro llamándome... "sal, sal con Thor, saca a los gatos al jardín, sal con el F. SAL!!"
Así que bueno, me encontré un día actualizando el blog y me quedé a medio camino: salí y hasta ahora es que me siento "seriamente" a escribir.
¡Ay qué rico! Qué delicia sentir el Sol, yo le digo al F. que yo soy como un panel solar, a veces llego a la casa arrastrando a Thor, el pobre con la lengua de corbata (literalmente) y yo feliz, bronceadita y llena de energía. Empezando estos calores, prácticamente dormía como 5 horas... dos semanas después mi cuerpito ya no aguantó más y he vuelto a dormir entre 7 y 8 horas, como las niñas buenas.
Estos días me di cuenta lo muy parada que estuve en el invierno, parecía un oso hibernando y luego con la caída y el daño en mi rodilla, no sólo me puse más gordita, sino que además me robó las energías de vivir, de salir, de disfrutar de la naturaleza.
Ahora lo veo con claridad, perdí mi interés en los retos fotográficos del grupo La vuelta al mundo. Es como sentir que en realidad no tienes nada qué decir, nada para mostrar, nada para aportar, hasta que el florerío loco empezó a llenar de colores el pueblo y mi alegría volvió.

¿Cómo sigue mi rodilla? Pues, todavía se ve un poquito más grande que la otra, la fisioterapeuta me comentó que era posible que me quedara así por largo tiempo, mientras el cuerpo absorbía el líquido derramado. Gracias a Dios, ya camino como siempre, buenas distancias (unos 3 km. seguidos todos los días con Thor), ya puedo subir escaleras y bajarlas, con mucho cuidado pero fluidamente, siempre y cuando no esté cargando nada. No puedo ponerme en cuclillas, porque ahí siento bastante dolor y para levantarme del piso, jajaja... no me voy a poner a explicar.
Una gran ayuda para mí ha sido, es y será Thorcito. Lo vieran cómo se pone donde yo le pida y se queda allí firme mientras me sostengo de él, para subir o para bajar pendientes (de esas bien empinadas, donde no debería meterme sola)... ¡somos un equipo! Él fascinado, porque así lo llevo a los sitios chéveres del parque.
En estos días, descubrimos que el zorrito del invierno ¿se acuerdan? tuvo dos cachorritos, el F. los vio jugar el otro día y se quedó loco. Por mi parte, ayer Thor y yo vimos una comadreja, sí tal cual anaranjada y largota. Por un segundo creí que era una culebra anaranjada, jajajaja! Por suerte la pobre se dio el susto de su vida y, en vez de atacar a Thor, salió a toda velocidad y se trepó en un árbol.
Tengo muchos cuenticos que echar y seguro que sí tendré tiempo para echarlos. Por lo pronto, el Thor se despide con la actividad que lo ha tenido más ocupado este verano:

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